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más de un millón de hipotecas están pendientes de la desaparición del irph de cajas y bancos


La fecha se acerca y, sin embargo, todavía no hay nada claro. Estaba previsto que para el próximo 29 de abril el IRPH de cajas y bancos dijera adiós a su cotización, pero parece que esta vez no va a ser así. El Ministerio de Economía, en colaboración con el Banco de España, está trabajando para elaborar un régimen de transición. Desde que se comunicara la noticia hasta ahora ha pasado un año, pero los acontecimientos no han dado tregua a ambos organismos y la normativa se retrasará. De momento, no hay fecha prevista, aunque fuentes del ministerio señalan que la ley incluye una cláusula que permite aplazar su desaparición hasta que esté aprobado el régimen de transición. Esta afirmación supone acabar con algunas de las dudas, que no todas, que rondan la mente de aquellos que en su día firmaron un préstamo para la adquisición de una casa vinculada a unos índices que tienen los días contados.
No existen datos oficiales sobre el número de personas que cuentan con una hipoteca vinculada a uno de estos indicadores. Sin embargo, fuentes de Idealista y HelpMyCash estiman que podría oscilar entre el 10% y el 15% del volumen total de préstamos destinados a la compra de una casa.Así, y si se toman como referencia el saldo de crédito de la Asociación Hipotecaria Española a fecha de febrero de 2013 (853.547 millones de euros) y una hipoteca media de 100.000 euros, aproximadamente entre un millón y un millón y medio de personas estarían a la espera de que Economía emita una dictamen.
La orden ministerial que trajo consigo la desaparición del IRPH de bancos y cajas fue comunicada el 28 de octubre de 2011.Un día después se publicó en el BOE y, de acuerdo a lo establecido, otorgaba un plazo de seis meses para que las entidades dejaran de comercializar créditos con estos índices.
En principio, su desaparición no tendría que causar tantos trastornos e inquietudes. Y la razón es muy sencilla: todas las hipotecas incluyen una cláusula en la que se especifica el índice que se usaría en el caso de que el actual dejara de estar vigente. En la mayoría de estos supuestos la alternativa que se le solía ofrecer a los clientes era pasar a estar vinculados al creado por la CECA. Sin embargo, el problema ahora es que tanto los anteriores como este último están incluidos entre los índices a desaparecer a partir del 29 de abril de este año.

El Gobierno se enfrenta al reto de aunar la postura de clientes y entidades

Si ambos dejan de existir, la gran pregunta es qué sucederá, a qué se enfrentan los afectados por esta modificación. A la espera de que se apruebe el régimen, los escenarios que existen son tres.
La primera opción sería la de recurrir al euríbor. Sin embargo, si se echa un vistazo a la evolución de este en los últimos meses, la hipótesis perdería fuerza. En marzo, el euríbor a 12 meses concluyó en el 0,545%, marcando así un nuevo mínimo histórico. No obstante, hay que tener en cuenta que a las hipotecas además del euríbor se les aplica un diferencial. En ese mismo periodo, los IRPH de bancos y cajas se situaron en el 3,219% y el 3,796%, respectivamente.
La caída acumulada por el euríbor desde que en octubre de 2011 comenzara a bajar es ya de 1,56 puntos (ha pasado del 2,11% al 0,545%).
Si Economía decide emplear el euríbor, los que tengan vinculado su crédito al IRPH de bancos y cajas verán reducida su cuota. Pero es bastante improbable. En un entorno de incremento de los diferenciales –desde enero de 2012 hasta enero de este año han subido de media un 50%–, la única solución sería la de aplicar tipos adicionales del 3%. Esto provocaría el descontento de los ciudadanos, pero por el contrario sería lo más ventajoso para las entidades.
El ministerio se encuentra con el dilema de agradar a ambas partes.En una época en la que todos miran con lupa el mercado hipotecario, el Ejecutivo tiene el reto de sacar adelante una normativa que se ajuste a la crisis y que no penalice la cuenta de resultados de unos bancos que en 2012 tuvieron que hacer frente a tres reformas consecutivas.
El mercado especula con que al final se decantarán por vincularlos al IRPH de entidades, que finalizó marzo en el 3,415%. Esta vía sería la que menos ruido causaría sin provocar el enfado desmesurado de las partes implicadas.
La tercera alternativa pasaría por el empleo de otras referencias, como el IRS o el tipo medio de entidades de crédito de la eurozona, actualmente en desuso.

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